La copa esta vacía, la llama tenue de las velas ilumina todo el espacio y el espacio es llenado por el cálido ambiente navideño. Villancicos de fondo. Adornos, luces y espumillones. Sonrisas acarician la felicidad. Estas fechas no son ni serán como cualquier otra fecha a lo largo del año. Probablemente alguien frunza el ceño y expulse un exabrupto: ¡Paparruchas!. Unos platos pasan de unas manos a otras. ¡Un brindis!, ¡por ti!, ¡por ser como siempre has sido!, ¡no cambies nunca!. ¿Recordáis la ultima vez?¿Hubo acaso tal vez alguna vez?
Se rellena una y otra y otra copa. ¡Chin,chin!. Carcajadas por doquier llenas de generosidad reverberan en el habitáculo. Podría ser una noche cualquiera pero no lo es. Hoy es Navidad.
Normalmente en estas fechas nos rodeamos de los mas cercanos, de aquellos con quienes queremos compartir una parte especial de nuestras vidas, momentos inolvidables, momentos para recordar. Normalmente es la familia. Pero a veces también son las amistades. Hoy quiero hacer una alegoría y una reflexión sobre la amistad, sobre todas las relaciones con aquellas personas que elegimos y que no nos vienen dadas. It’s Christmas time! It’s time for this!.
Como personas a lo largo de nuestra Historia, la que escribimos con cada acto cotidiano, vamos evolucionando. Pasamos por distintas fases, una tras otra, coleccionando recuerdos, lecciones, éxitos, fracasos, grandes aciertos y enormes errores. Somos un cumulo de circunstancias agitadas dentro de un gran organismo multicelular del que nos componemos biológicamente. No podemos renunciar a todas esas circunstancias porque son las que nos definen como persona. Tampoco podemos mirar hacia otro lado, desentendernos y hacer como si con nosotros no fuera la cosa. Maduramos. Quienes me conocéis, mas o menos, mal o bien, sabéis la infinidad de errores que con unos u otros he cometido en alguna que otra ocasión. Lo reconozco, soy un tipo complejo. Difícil de conocer y difícil de comprender. Soy un mal ejemplo a seguir. Es por ello que valoro con tanta fuerza y tanta convicción la palabra AMISTAD. Porque si me conoces y estas leyendo todas estas palabras, seguro que has compartido conmigo algún que otro momento de tu vida en el que nuestra amistad tambaleo, estuvo apunto de partirse, o incluso se llego a partir. Tal vez por alguna tontería o por alguna razón totalmente justificada. Sinceramente seguro que la culpa fue mía. O tal vez tuya. Pero eso tampoco es relevante. Lo importante es que hemos sido capaces después de todas esas circunstancias de recomponer un respeto mutuo, una confianza, un vinculo de mayor o menor fortaleza. Por mi parte, sabes que puedes contar conmigo. Yo cuento contigo.
Si una cosa he aprendido después de tantas y tantas personas que han asomado por mi vida, es que mi relación con cada una de ellas es única y diferente de las que ellos tienen con sus personas de alrededor. Es decir, mi relación contigo, es mi relación contigo y tu relación con el resto, es tu relación con el resto. Diferentes. Pero igual de importantes para mi. Al final da igual quien tire la piedra mientras enseñe las manos. Con estas palabras quiero reconocer lo importantes que sois todos los que formáis parte de mi «red» de amistades, con quienes comparto grandes momentos a lo largo del año y de los que tanto aprendo cada día aunque muchos no os deis ni cuenta.
Este es mi regalo para todos vosotros, espero que en estas fechas disfrutéis con vuestras familias. Acariciéis algo de felicidad. Hagáis un paréntesis, reflexionéis sobre lo absurdo de nuestro día a día y os deis una oportunidad a vosotros mismos. Gracias por ser como sois.
Eguberri On guztioi! Mila esker.