Hoy día, quien mas o quien menos, ha escuchado hablar de ellos. Algunos creerán el bulo de que destruirán el planeta y otros conocerán el último avance tecnológico del que disfrutamos gracias a ellos. Habra quienes incluso tengan tertulias con sus amigos entorno al último hallazgo de la física respondiendo a los misterios de la creación del Universo, algo sobre un tal Bolsón y la Tierra Media.
Pero para introducirnos en el apasionante mundo de los aceleradores de partículas, antes necesito remontarme a un momento concreto del pasado. En concreto, al momento en el que por primera vez me tope yo mismo con este concepto. Eran finales de los 90, yo tendría 13-14 años y por aquella época en la «maravillosa» ESO tenia una asignatura de Tecnología. Nuestro profesor por aquel entonces un joven llamado Jokin nos encargo un trabajo. El objeto de estudio de nuestro trabajo era sencillo: ¿Cual es para ti el invento mas importante de la humanidad?.
Aquella epoca quien tenia un ordenador solía «tirar de Encarta» para hacer los trabajos. Casualidades de la vida, aunque yo no tenia la Encarta si que había comenzado una colección sobre ingenios e inventos de la humanidad en formato digital cuyo primer numero si no recuerdo mal, abría con el «Acelerador de Partículas«. Yo ni corto ni perezoso copie y pegue esa información fascinado por lo que había leído, por supuesto, orgulloso de mi elección para el trabajo. Pese a que lo mas probable y debo reconocerlo, es que no entendí nada de lo que había leído entonces. Cuando el profesor entrego las notas, felicito a todos por sus trabajos pero decidió hacer un inciso sorprendido por mi elección como «invento mas importante de la humanidad«. Y delante de toda la clase intrigado por mi elección, me pregunto, «¿por que has elegido el acelerador de partículas?«. Yo entonces era bastante tímido, así que me limite a decir que me había parecido interesante. A lo que siguió otra pregunta: «¿Podrías darme un ejemplo de un acelerador de partículas?«. Negue con la cabeza. A mi negación siguió una explicación por su parte que entonces se me quedo grabada y que no se me olvidara jamas.
Tu televisión. Así es, la gran mayoría de los hogares en los años 90 contaban en sus salones con un acelerador de partículas, la Televisión CRT (Cathode Ray Tube o Tubo de Rayos Catódicos, originalmente conocido como «tubo de Braun») en la que se veían informativos, telenovelas, películas y series a diario, todo eso, sin crear agujeros negros. ¿Como permitía la llamada «caja tonta» visualizar imágenes en nuestros salones?. Sencillo, acelerando partículas. En concreto, electrones. El CRT es una válvula o cañón electrónico que emite un haz de electrones desde un cátodo emisor. Principalmente se sirve del efecto Edison para que mediante un potencial eléctrico genere la suficiente energía cinética para que los electrones sean acelerados y se desprendan de sus átomos hasta un primer ánodo donde se acelera el haz para que llegue hasta una superficie pantalla recubierta de diferentes materiales fosforescentes que tras cada impacto emite luz de diferentes colores (principalmente colores primarios, rojo, verde y azul). Mediante un rejilla se colima el haz y mediante el campo eléctrico generado por el movimiento de los electrones al entrar en un campo magnético generado por unos electroimanes se redirecciona el haz por toda la pantalla refrescando la imagen con una frecuencia que normalmente ronda los 60 Hz es decir, unas 60 veces por segundo.
Hoy en dia, este concepto va mas allá que la simple visualización de imágenes en nuestros hogares. En realidad, su uso estandarizado busca visualizar y detectar nuevas partículas elementales físicas de la naturaleza y nuestro universo. Grandes laboratorios de todo el mundo tienen enormes aceleradores de partículas en las que se aceleran haces de protones, electrones, etc, y se hacen colisionar entre si para detectar otras posibles partículas y conocer los orígenes de nuestro universo. Al igual que en un CRT, el haz se colima y se redireccionan mediante enormes imanes o barreras físicas, todo ello para conseguir el mayor numero de colisiones posibles con el fin de obtener la mayor información posible. Un ejemplo, de uno de estos aceleradores de partículas, es el LHC (Large Hadron Collider) del CERN, Centro Europeo de Investigación Nuclear fundado en 1954 y que se ubica en la frontera Franco-Suiza cerca de Ginebra.
Gracias al LHC, no hace muchos años, concretamente el 4 de Julio de 2012, se descubrió el llamado Bosón de Higgs (que no Bolsón), una partícula sobre la que se había teorizado pero que todavía no se había conseguido «visualizar», gracias a la información generada por las múltiples colisiones dentro del LHC, se ha descubierto una partícula que responde a los patrones teóricos descritos por Peter Higgs en 1964. Ademas, de descubrimientos científicos los aceleradores de particular también tienen su aplicación en el mundo de la medicina mediante la generación de isótopos o la radio-terapia contra células cancerosas.
Asi son los aceleradores de partículas, lo mismo nos entretienen que nos ayudan a entender el mundo.