Que Manel Navarro es un gran interprete y compositor no seré yo quien lo niegue, es bueno. Y ademas un buen producto.
Desde hace semanas, mucho antes de que Objetivo Eurovision o el propio certamen de la canción europea llegase a mis oídos, he podido descubrir quien era ese tal Manel Navarro musicalmente hablando del que tanto se habla ahora. Lo presentaban en Los 40 Music Inspires Life, primero Toni Aguilar como si fuera una posible novedad. Un joven cantante de Sabadell aparentemente salido de la nada, que pasaba por allí con una canción fresca y pegadiza. Y que al parecer, en la radio con mas seguidores del país habían decidido pinchar su canción, porque sí, porque este chaval lo merecía. Generando en el público la sensación de que cualquiera de nosotros podríamos llegar ahí sin una buena campaña de marketing detrás. Un sueño musical hecho realidad por méritos, no por pasta.
La canción. Una buena producción, bastante cuidada, con una voz por lo menos peculiar. Sonido fresco, alejado de lo clásico, contemporáneo. Pero sinceramente, demasiado bueno para ser cierto, había que ser ingenuo para creer que era algo casual, que no había gato encerrado detrás, pero así nos lo pretendían presentar y así nos lo presentaban. Ese era su relato.
Se fueron sucediendo los días y en Los 40 insistían, Manel Navarro y su Do It For Your Lover, se convertían en candidatos para entrar en la principal lista de éxitos del momento. Todo depende de nosotros, decían. De nuestros votos. El público decide. Sus fans y sus lovers. Y lo conseguía sí, claro que lo conseguía, gracias a «nosotros» además, no lo olvidéis. Entraba en la lista.
Por entonces ya había sonado en todos los programas de la radio incluido en Lo + 40, presentado por Xavi Martinez y Gema Hurtado. Incluso le entrevistaron. Fue durante esta entrevista cuando me entere de que participaba en Objetivo Eurovision. Programa de la Televisión Pública Española donde se escogió finalmente al representante de España para el Festival de Eurovision que tendrá lugar este mismo año en Ukrania. Así, se sucedió una semana tras otra, la canción sonando en casi todas las franjas horarias y con comentarios positivos y halagos por parte de todos los locutores de la cadena privada. Entonces una tarde Xavi Martinez hace el anuncio. Iba ser jurado del concurso Objetivo Eurovision. En ese momento me resulto por lo menos dantesco. Algo tan evidente y sin ningún rubor. Xavi Martinez que una y otra y otra vez habia pinchado a Manel Navarro y su canción en su programa colmandole de halagos y explicando que era candidato a representarnos en Eurovision seria una de las personas que tendría que decidir si el chaval de Sabadell finalmente nos representaba o no. ¿Acaso no existía una incompatibilidad?¿Un conflicto de intereses?¿O las grandes discográficas y medios de comunicación de este país se han vuelto tan chapuceros?.
Después paso lo que todos habréis escuchado e incluso visto en directo; voto del público que deja a Manel tercero, empate con Mirela gracias al jurado, y finalmente Manel ganador gracias de nuevo al voto del jurado, acusación de tongo, corte de mangas, agresión a Xavi Martinez, etc… etc… Bochornoso espectáculo. O genial campaña de Marketing.
Lo increíble del asunto no es lo sucedido en si mismo, sino que detrás de todo ha quedado de relieve la capacidad de estas entidades privadas (Los 40 y Sony Music) de disponer del patrimonio público (TVE) para su beneficio y para lanzar sus productos. No digo que Manel Navarro no pueda ser un buen representante, tampoco que sea un mal tipo pese a su feo gesto. Solo que gracias a esta polémica, Manel Navarro ya tiene tantos Lovers como Haters.
En buena medida contrasta bastante con la campaña de marketing utilizada para dar a conocer a Pablo Alborán pero esa historia la dejo para otra ocasión. Si finalmente Manel Navarro nos representa en Eurovision, que supongo que será que sí, le deseo mucha suerte aunque él ya ha conseguido lo que de verdad quería, que hablen de él.
Como diría Salvador Dalí, «Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí, aunque confieso que me gusta que hablen mal porque eso significa que las cosas me van muy bien». De los mediocres no habla nadie y cuando lo hacen solo dicen maravillas.